
Una de las cosas que considero de vital importancia es que los empresarios que han triunfado a largo plazo descubran el valor real del dinero. En la mayoría de los casos, éstos gestionan el capital de las empresas y no el suyo propio. Por lo que no tienen una experiencia del valor real del dinero en su vida personal, la cual al final del día es diferente que la vida empresarial. Tener una gran cantidad de dinero cuando se es joven puede dar una ligera idea de las críticas decisiones a la que se enfrenta una emprendedor en los años siguientes.
Cuando hay una liquidación incluso en una compañía, existe un interés para que el empresario se haga con una parte de las acciones. De esta manera aprenderá a ganar dinero real y el valor real que éste tiene. Quizá se compre su primer coche, o su casa o realice su primera inversión, pero lo más importante es que tomarán la decisión según la riqueza que posean. Si las empresas no toman esta medida en un momento de liquidación, están apartando a los empleados de la realidad, manteniendo percepciones distorsionadas del dinero y de cómo obtenerlo. Quizá en el futuro, los empleados deberán enfrentarse a estrategias comerciales con pretensiones irreales, lejos del valor real y del precio real de la compañía. Estarán forzados a realizar una jugada final perfecta. Es demasiado arriesgado para un inversor. La mejor manera de igualar el interés del empresario y del inversor es introducir dinero en el bolsillo del primero antes de un acuerdo. Así tendrá los pies sobre la tierra.
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